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Todos sabemos que quien no evoluciona “involuciona”, especialmente en los últimos 10 o 15 años, donde la transformación digital nos está afectando a todos de una manera u otra.

No siempre es fácil para aquellas generaciones nacidas antes de los 90 subirse al carro de la digitalización, y sin una formación y acompañamiento es prácticamente imposible para muchos trabajadores, que hasta hace poco eran valiosos, efectivos y eficientes. ¿Han dejado de serlo? Yo creo que no. Su know-how sigue ahí, las décadas de experiencia siguen siendo de un valor incalculable para las empresas, pero debemos ayudarles en esta vorágine de apps, BI, automatización y transformación digital en general.

Para ello, hoy en día, hay multitud de entidades que ofrecen formación de última generación en tecnología, pero ¿es realmente lo que necesitan? Depende. No se puede ofrecer la misma formación a un técnico de IT que a un administrativo de contabilidad, un comercial o un repartidor.

Hay que analizar, además de los “contenidos” que necesitan, el modo en que pueden adquirirlos (y extrapolarlos a su puesto de trabajo). Desde mi punto de vista, a la hora de hacer un plan de formación en una empresa, o intentar cubrir una necesidad formativa que se detecta, hay que partir del “quién” y hacernos preguntas como “¿este colectivo es consciente de su carencia formativa?”, “ ¿cómo se tomarán que el departamento de RRHH/superiores les impongan que deben formarse en esto?”. Por ello, lo primero es explicarles en qué punto están y a dónde deben llegar para no quedarse obsoletos – ni ellos ni sus empresas-. Una vez que han entendido que no es una imposición, sino una ayuda para ayudarles a ser más efectivos, hay que seleccionar la modalidad formativa.

No todo vale para todo. Es el segundo análisis a la hora diseñar la formación. Evidentemente no se puede formar a un operador de una retroexcavadora con un curso e-learning de 10 horas. Ese operador, que trabajará con maquinaria potencialmente peligrosa, debe hacer prácticas reales en las máquinas que va a manejar, con supervisión de un experto, que además de explicarle el uso de las máquinas, le mostrará cómo hacerlo de manera segura. Tiene que “practicar” antes de realizar el trabajo de manera autónoma.

Si nos vamos al polo opuesto: ¿es eficiente traer a la central de una empresa a un colectivo de 10/15 trabajadores que están repartidos por España en multitud de centros de trabajo para que aprendan cómo funciona el nuevo ERP?. La respuesta es no. Además de abandonar su puesto de trabajo durante X días, los costes de desplazamientos y dietas triplican el coste inicial de esa formación. Muchos además, tienen cargas familiares que les obliga a hacer malabarismos de conciliación si su empresa les dice que tienen que estar dos o tres días fuera de su centro habitual. En este caso, crear el curso en una plataforma de teleformación, es la opción más inteligente, práctica y efectiva.

La opción de hacer una webinar o usar teleformación (e-learning si usamos el anglicismo) es una opción cada vez más demandada por las empresas. Ya no hace falta ser una macro compañía que cotiza en bolsa para poder ofrecer a los empleados una formación e-learning de calidad. Hoy en día hay un PC en cada hogar español, y una buena conexión a Internet. Además, en muchos casos, es su herramienta principal de trabajo.

En este contexto, la teleformación bien diseñada es:

  • Cómoda y comprensible:

Me organizo yo y me conecto cuando puedo. Sé qué fechas tengo, y tengo un tutor especializado que me resuelve las dudas que pueda tener, además de un tutor dinamizador que me acompaña permanentemente.

  • Ad hoc (específica):

El contenido de la formación, si la ha hecho un experto técnico en la materia, acompañado por el departamento de RRHH que determina los objetivos de la formación, se adapta a cada necesidad concreta de la empresa, sector o departamento, con ejemplos y casos a medida de su entorno/necesidad.

  • Es evaluable:

Hay opciones para no pasar de tema/bloque hasta que no se supera con éxito el anterior, y evaluaciones finales que pueden ir desde un test de conocimientos, envío de un proyecto o informe, hasta la resolución de un caso práctico.

  • Los contenidos/áreas formativas son ilimitados:

Se puede alimentar con datos de conocimiento de todo tipo. Sólo hace falta que lo haya diseñado un experto en la materia y que un pedagogo adapte los contenidos en formatos amenos (videos, motion graphic, texto, ejemplos etc).

Desde este contexto, en RTM, tenemos la división de SOLAPREN, que ofrece teleformación a medida para empresas. Está idealmente diseñada para formar a un número elevado de personas, en corto espacio de tiempo, y con un coste muy competitivo. Somos pedagogos, sabemos cómo hacerlo para asegurar la adquisición e implementación de los conocimientos. Además, como expertos en Fundae, te garantizamos la bonificación del curso (requisitos de plataforma, tutores, contenidos y reporting).

Si quieres saber más sobre esta Solución al Aprendizaje, experiencias con otros clientes, y enfoque que hacemos, contacta con nosotros! Estaremos encantados en acompañarte.

Además si este artículo te ha resultado interesante, te animamos a que participes en nuestros cursos de:

Nuevas modalidades en el ámbito de la Formación. Elección de la mejor modalidad -presencial, e-learning, blended-learning, webinar- para maximizar el Retorno de la Inversión (ROI)

Cómo gestionar y administrar un curso en modalidad teleformación (e-learning) cumpliendo los requisitos establecidos por FUNDAE y el SEPE – Caso completo en Moodle

Cómo capacitar tutores para e-learning

Cómo diseñar contenidos formativos para e-learning

Muchas gracias, y no dudéis en contactar con nosotros para cualquier aspecto de vuestro interés.

¡Saludos!

Ana Losada

Consultora Comercial y Responsable de Cliente

RTM Calidad y Formación S.L.

https://web.rtmnet.net/solapren/

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